martes, 6 de diciembre de 2011

Si el plan A falla...

Réspirame profundo, y no me dejes huir. Y desde que estoy aquí contigo, mi cabeza está atada a las nubes. Rompamos de nuevo el guión, y empecemos otra vez, con compases diferentes pero con el mismo ritmo.
Porque puede que sólo tengamos una noche, pero soy tuya hasta que salga el sol, y para eso quedan aún una horas. Porque de repente suena una canción y no hace más que recordarnos un momento bonito, y nos cambia el verano, y nos cambia la vida.
Y aquí no para de llover, pero la lluvia ya no me hace daño. Ya no soy frágil, tu me haces grande. Echo de menos el olor a mar. Y el sonido de las gaviotas. Pero tengo mi guitarra y tus ojos, y mil canciones en mi cabeza.
Porque contigo nunca sé donde voy a terminar, y nuestros planes definitivos no hacen más que cambiar. Porque nuestros días son eternos y nuestras noches no duran nada, porque las páginas de nuestra historia cada vez son más largas, más nuestras.
Porque seguimos siendo los mismos de ayer, pero más enamorados. Hablemos de todo, menos del tiempo.
Sigamos con nuestras locuras, no pares nunca de mirarme a los ojos y hacerme temblar, y comernos la luna a pequeños mordisquitos. Perder batallas pero al final, ganar la guerra. Pasar horas en silencio y no necesitar decir nada para entenderte. Sólo tú y yo. Y cualquier calle de Madrid.
Que ya lo sé, me repito, pero no puedo parar de decirte te quiero, pero es lo que siento, y te lo voy a contar tantas veces como pestañas tienes.

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